4.10.04

5 de Octubre*

"Faltan días, pocos. Es el cumpleaños que más esperé desde los 18. La certeza de saber que nada puede hacerme pasar un peor aniversario de mi natalidad que la del año pasado... ahhhhhhhhhh, se siente a ríos tibios de agua dulce. El principio del fín siempre será una fecha importante en mi memoria. Pero será primero y antes que todo, mi cumpleaños.
Vos hiciste tu vida, yo la mía. Sería desafortunado de tu parte buscarme ese día. Te propongo esto: mantengamos este silencio eterno descuidándonos, no seas nunca más mi reflejo que yo prometo seguir extrañando tus besos. Pero a vivir sin ellos. El tiempo es mi aliado. Sólo tiempo.
Me habré acostumbrado a sentirme así? O se me va a pasar? Soy lo suficientemente hombre como para dejar de quejarme? Siempre lo mismo? O siempre termina igual?
Casi 22 años. Sigo creciendo. Próxima estación: Adultez, 1000 millas. Es hora de empezar a correr. Tengo que llegar a ser tu hombre. Y poder dejarme la barba tranquilo. Siempre supe que encontrar mi destino no iba a ser difícil. Mientras tanto me pasa la vida. Y de a ratos me gusta caer en la sorpresa de que estoy pensando en existencialismo mientras la vida simplemente es. Tengo que actuar de acorde a lo que pienso, ser en este mundo un hombre honorable.
Cuidarte como antes lo hacía. Como vos me cuidabas. Y no tener quejas.
Tener un hijo contigo y criarlo en la estancia. Verlo crecer en la pradera.
Tomar el té en el patio principal mientras te miro tejer ese edredón.

Cazar patos y liebres con mi perro Gunther.
Darle de comer a los cerdos...
Dios mío. 22 años. Todo un hombre.
"


* de 1858, Damien Mc Artin, granjero de las afueras de Edimburgo, fuma de su pipa mientras observa el atardecer reposado en su mula.