Chemichal Brothers, you sons of bitches!
Me cago en mi juventud y mi necesidad constante de invertir cuanto dinero pase cerca mío en mi faceta más y mejor desarrollada: la joda.
Chemichal Brothers son dos tipos grossos. En serio. Y sin embargo, ayer la hubiese pasado mejor mirando una película de Adam Sandler, comiendo un kilo de helado y fumando un atado de puchos.
Paul Oakenfold, Carl Cox, Adam Freeland, Dave Seaman, Satoshi Tomiie, Lee Burridge, Sander Kleinenberg, John Digweed, James Sabiela, Infusion, Nick Warren, Timo Maas, Hernán Cattaneo, El mono Navarro Montoya... you name it. Been there, done that. Dije presente en toda fiesta sponsoreada por una cervecera, compañía de celulares, autos, lo que sea. No son fiestas, son avisos gigantes. Yo sé de lo que hablo, estoy en 4to año de publicidad (?).
Para donde mires, hay una marca. En todos lados, hay un logo. Ver a esa chica hermosa y empapada mandar un mensaje de texto con su nokia último modelo, mientras atrás de ella, en una pared inmensa se dibuja el logo de su celular... es demasiado. Yo quiero amigos, chicas y música. No sentirme parte de una tanda. En esas pantallas monstruosas e importadas, mostrame una animación, una mina bailando, al dee jay, lo que sea! Pero no me muestres la estrella de Heineken durante 5 horas seguidas. Porque me agarra sed.
Vender, vender, vender. The work, the work, the work. Bailá, reí, tomá, salí, GASTÁ. Plata que no es tuya. Pero que compra momentos inolvidables. Como cuando ayer acompañé a una amiga al baño y ella tiritaba del frío que tenía, al borde de la hipotermia. Como cuando se rompió ese techo de lona, vertiendo galones y galones de agua congelada sobre mi fastidioso ser. Como cuando le pifié a ese escalón resbaladizo y me doblé el tobillo 45°. Cerveza de anestesia, y dolor para mañana. Pero mañana es hoy. Y el dinero se fué ayer.
Y ahora se viene la Creamfields, el festival de marcas mas importante del mundo. Ehh, dije marcas? de "música electrónica", digo. Lo único que pido es piedad. Y no perderme en la multitud. Y no doblarme el tobillo. Y encontrar a mis amigos. Y no cruzármela a ella. Y otra cerveza.
Hey boy, hey girl... HERE WE GO!
PD: Ayer pasé una noche de mierda (se nota). Si no hubiese llovido de la manera que llovió, nunca hubiese escrito esto. Seguramente hoy estaría llamando a mis amigos para ver como la pasaron y para que me cuenten historias. Esas que son bien jugosas. Esas que no se pueden contar así nomás. Tendría una resaca alegre y no me estaría quejando como una nena caprichosa (mhh sexy!). La culpa es tuya, Dios. Todo es tu culpa. Esta noche, revancha!
Chemichal Brothers son dos tipos grossos. En serio. Y sin embargo, ayer la hubiese pasado mejor mirando una película de Adam Sandler, comiendo un kilo de helado y fumando un atado de puchos.
Paul Oakenfold, Carl Cox, Adam Freeland, Dave Seaman, Satoshi Tomiie, Lee Burridge, Sander Kleinenberg, John Digweed, James Sabiela, Infusion, Nick Warren, Timo Maas, Hernán Cattaneo, El mono Navarro Montoya... you name it. Been there, done that. Dije presente en toda fiesta sponsoreada por una cervecera, compañía de celulares, autos, lo que sea. No son fiestas, son avisos gigantes. Yo sé de lo que hablo, estoy en 4to año de publicidad (?).
Para donde mires, hay una marca. En todos lados, hay un logo. Ver a esa chica hermosa y empapada mandar un mensaje de texto con su nokia último modelo, mientras atrás de ella, en una pared inmensa se dibuja el logo de su celular... es demasiado. Yo quiero amigos, chicas y música. No sentirme parte de una tanda. En esas pantallas monstruosas e importadas, mostrame una animación, una mina bailando, al dee jay, lo que sea! Pero no me muestres la estrella de Heineken durante 5 horas seguidas. Porque me agarra sed.
Vender, vender, vender. The work, the work, the work. Bailá, reí, tomá, salí, GASTÁ. Plata que no es tuya. Pero que compra momentos inolvidables. Como cuando ayer acompañé a una amiga al baño y ella tiritaba del frío que tenía, al borde de la hipotermia. Como cuando se rompió ese techo de lona, vertiendo galones y galones de agua congelada sobre mi fastidioso ser. Como cuando le pifié a ese escalón resbaladizo y me doblé el tobillo 45°. Cerveza de anestesia, y dolor para mañana. Pero mañana es hoy. Y el dinero se fué ayer.
Y ahora se viene la Creamfields, el festival de marcas mas importante del mundo. Ehh, dije marcas? de "música electrónica", digo. Lo único que pido es piedad. Y no perderme en la multitud. Y no doblarme el tobillo. Y encontrar a mis amigos. Y no cruzármela a ella. Y otra cerveza.
Hey boy, hey girl... HERE WE GO!
PD: Ayer pasé una noche de mierda (se nota). Si no hubiese llovido de la manera que llovió, nunca hubiese escrito esto. Seguramente hoy estaría llamando a mis amigos para ver como la pasaron y para que me cuenten historias. Esas que son bien jugosas. Esas que no se pueden contar así nomás. Tendría una resaca alegre y no me estaría quejando como una nena caprichosa (mhh sexy!). La culpa es tuya, Dios. Todo es tu culpa. Esta noche, revancha!
1 Comments:
Jaja, cuando te cruce y me dijiste: "mi vida por un cafe con leche y seis medialunas, bien lejos de acá"
jajajajajaj
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