Es mi blog y escribo lo que se me canta el c... rodilla.

Me duele mucho la rodilla. Pero mucho. Y cuando digo mucho, quiero decir MUCHO. Y cuando escribo sobre cómo me duele la rodilla, no espero que me entiendas. Porque a vos nunca te dolió la rodilla como me duele a mi ahora. Y si pienso que sos capaz de ponerte en mi lugar, experimentar mi dolor de rodilla, sería todo mentira. Porque vos no sabés lo que se siente. Vos no sos como yo. Vos no entendés nada. Vos sólo te preocupás por tus cosas, tus propios dolores, tus propias penas. Porque tus rodillas están sanas, ríen en el paraíso de las rodillas, donde todas cantan felices y tienen sexo entre ellas. Porque a vos no te duele. Vos sos una mierda.
Mientras mi rodilla se queja, vos estás ahí, como siempre, respirando el aire del no-dolor de rodilla. Ese aire tan puro, el que te da una vida de rodillas sin problemas ni temores, sin dudas sobre la razón de ser rodilla. Vos te despertás y seguís viviendo como si nada, como si no fuese importante poder contar con tus rodillas cuando las necesitás. Total, ellas te hacen caso. Son tus esclavas. Claro, ahora entiendo todo. Tu rodilla no merece ser querida. Vos sos demasiada cosa para ella. Por Dios, en qué estoy pensando?! Por supuesto, cómo te va a importar tu rodilla o la mía cuando sos tan especial! Vos tenés rodillas sanas, y te da lo mismo. Vos no tenés tiempo para detener tu marcha frívola para mirar a tu rodilla y pensar: "gracias, rodilla, por ser mía". Vos tenés otros problemas. Más "importantes". Todo lo tuyo es más importante. Tu vida de rodillas sanas es más importante que mi existencia de dolores de rodilla. M'ah sí! Después, cuando me necesites y yo no pueda caminar hacia vos, ahí, recién ahí vas a poder saber lo que es éste dolor. ROOOOOODDDDDDDDDDIIIIIIILLLLLLLLLLAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!