25.4.06

El muerto

Seguí la luz blanca con los ojos cerrados, porque ya no necesitaba abrirlos para poder ver. Al llegar y abrir esa puerta sin picaporte, del otro lado me estaba esperando un hombre de traje enteramente blanco, pelado y de bigotes negros. Apretó mi mano con firmeza y dijo:

- Señor Martinez, encantado. Mi nombre es Beto.
- Mucho gusto. Dígame, ¿dónde estoy?
- ¿Cómo, todavía no se ha dado cuenta? Entonces tengo una buena y una mala noticia para darle.
- La mala.
- Usted está muerto.
- Puta. ¿La buena?
- Hay vida después de la muerte. Bienvenido al Purgatorio.

Beto era el encargado de ser mi guía a través de la singular experiencia de pasar al otro mundo. Mientras me preparaba un café con leche y 7 mil medialunas, supo advertirme sobre las nuevas reglas del más allá.

- Vos comé tranquilo que acá el tiempo no existe. Cuando termines, mandate para allá, ahí donde termina la cola. Ahí te dan el pasaporte.
- Ah, fenómeno. ¿Y puedo ir a cualquier lugar que yo quiera?
- No, sólo a dos.
- Qué lastima... ¿Cuáles, che?
- Martinez, ¿usted es boludo?

Al instante, Beto largó una carcajada que se escuchó hasta el infinito. Volvió a darme la mano, guiñó su ojo izquierdo y dijo "vas a estar bien pibe, despreocupate". Puteé por dentro por dejar en evidencia mi poca capacidad de deducción y enfilé hacia la fila, porque suena mejor que cola y queda redundante. Era interminable. Se perdía detrás de la nada de lo larga que era. Beto todavía estaba cerca, así que me dí vuelta, corrí unos metros y lo alcancé.

- Beto, Beto! Yo no voy a hacer esa cola tan larga.
- Pero pibe, no entendés me parece. Acá no te das cuenta, no te cansás, no te aburrís, no te irritás. Andá y hacé la cola.
- No, el que no entiende sos vos. Callate la boca y llevame a la otra punta de la fila que después me encargo yo. Agarrá esto, dale.
- Cómo usted diga, Señor Martínez.

Beto tenía cara de garca y sin dudarlo aproveché la situación. 100 pesos que aparecieron de algún lugar remoto de mi bolsillo, que me llamaban, que me decían "usame" en el oído sin que nadie más pueda oír su voz, apareció de la nada, soborné a mi guía y en un instante, ya estaba frente al Juez.

- Buen día, Martinez.
- Buen día, Señor.
- No lo diga con S mayúscula que yo no soy ese. Soy Juez.
- Es que por los rulos y la barba blanca asumí que...
- Silencio, Martínez. Haga silencio y escuche.

Como pasa arrolladoramente el tren por las vías cuando no hay ninguna estación a la vista, una ráfaga de sonidos cruzó por mi mente y pude escuchar absolutamente todo lo que pensé durante toda mi vida. No me sorprendió este inexplicable recuento sonoro de mi existencia, porque en la otra, la que viene después, no sentís sorpresa por nada.

- ¿Qué se considera, Martínez? ¿Inocente o culpable? ¿Usted piensa que merece ir al Paraíso o al Infierno?
- Yo nunca fui víctima de nadie pero tampoco fuí el victimario de otro. Paraíso. Paraíso sin dudas, señor Juez.
- Pasaste la prueba, Damián. Te vas al Paraíso.

El Juez bajó su mano estrepitosamente, empuñando un sello gigante e invisible. Certero, rápido y lento al mismo tiempo, aunque allá, como me enseñó Beto, no hay tiempo. Al escuchar el profundo estruendo del golpe, desperté envuelto en mis sábanas, ya despabilado. Estaba conciente. Respiraba, había escapado de la muerte, me encontraba vivo. Podía sentir. Y al hacerlo, sentí algo raro dentro de mi boca. Tenía sabor a hoja canson. Era un papel. Completamente desorientado y lagañoso, saqué ese papelito hecho pelotita de allí dentro. Ví de cerca ese bollito empapado de saliva y lo abrí hasta poder leer la palabra que tenía escrita.

Ahora sí sentí sorpresa. Decía "Continuará".

5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

"Tenía sabor a hoja canson"
como estas tan seguro de que era canson y no fabriano o ingres o, en el peor de los casos, el muy corriente bond?

9:05 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Porque en la primaria amaba tirar papelitos empapados en mi saliva con canutitos hechos de birome bic, entonces sé notar la diferencia.

9:56 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Isn't he lovely?

2:48 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

No, es bastante idiota.

8:22 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

El mejor capítulo de Twilight Zone que haya leido... ojalá algún día se te ilumine y volvás libro tu blog

7:39 p. m.  

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