8.11.04

Las desventuras y raras dudas de Coquito, el niño existencial

Coquito y su Tío Ernesto juegan a la pelota en la plaza del barrio...


- EHHHHHHH fúlbo fúlbo fúlbo, pasáme el fulbo Coquito!

- Tío, es necesario esto?

- Vamos Coco, no rompas las pelotas. Comportate como un chico de tu edad, aunque sea por una vez. Todos los chicos de 27 años juegan a la pelota con sus tíos.

- Tío, vos sabés muy bien que no tengo 27 años. No entiendo porqué tengo que estar acá, cagándome de calor cuando podría estar haciendo otra cosa, también cagándome de calor, pero en otro lado, haciendo otra cosa...

- Tu elocuencia asusta, Coquito!

- Es verdad, es que tengo la cabeza en otra cosa... no entiendo porqué hacemos cosas que tenemos "predestinadas a hacer" cuando yo no creo en el destino. Por qué acaso los Tíos juegan con sus sobrinos a la pelota en las plazas? Acaso no tenemos control de nuestras acciones? Es el caos posible? Puedo ser lo suficientemente valiente como para vivir sin caer en lo preestablecido? Soy acaso parte de una máquina imperfecta que necesita que los chicos jueguen a la pelota para que no hagan otra cosa? Algo que no convenga a alguien que no sabemos que existe? O peor aún, sí existe pero no es como pensamos...

- Qué habíamos quedado, Coco? Pensé que era tema cerrado.

- Es que no lo puedo evitar...

- Basta.

- Tío, es más fuerte que yo...

- Coco... no...

- Sí, Tío, te lo tengo que decir.

- No me lo digas, por favor no!

- Tío, me gusta el hockey.