Hold my skateboard while I kiss your girlfriend
Me acuerdo de mis años adolescentes, cuando usaba pantalones con un tiro hasta la rodilla, buzos con capucha (un must) y gorrita. La música no podía ser otra que punk rock californiano, no permitía que nadie me venga con “The Clash es la máximo, escuchalo”. No. NOFX, Rancid, Green Day, No Use For A Name, Millencolin (en verdad son suecos), riffs poderosos y baterías explosivas. Eso es punk rock. Y sostener una tabla de skate bajo tu brazo y solo saber tirar ollies, lo más.
Extraño esos días en los que parecía haber encontrado una identidad afín con mis principios. Cerveza barata, muchos amigos, testosterona al mango y un puñado de sueños. Reírnos de cualquier cosa, sin preocuparnos sobre qué íbamos a hacer a la noche los fines de semana. Siempre era lo mismo. Ir a la casa del Panza (amigo olvidado si los hay), escuchar música y turnarnos para ver quién decía la incoherencia más graciosa. Mentir sobre chicas era necesario para sobrevivir en el grupo. El resto era fácil, con saber el nombre de dos skaters famosos y rolar, ya estabas adentro.
Hoy, no pateo más la tabla y mis pantalones se acercan cada vez más a mi verdadero talle. Me queda un solo buzo con capucha, y cambié a NOFX por Kasabian.
Los fines de semana voy a bares chetos con nombres en francés en busca de algo que no encuentro, uso bufandas multicolores y no me junto más con un grupo de amigos a reírnos, tengo pequeñas reuniones donde vamos a comer y tomamos vino. Ellos no mienten más sobre chicas, llevan a sus novias a todos lados y yo las hago reír con mis falsas aventuras. Invento mucho y ellos lo saben, porque es más divertido escuchar una mentira que recordar que alguna vez con solo estar juntos, era suficiente.
Extraño esos días en los que parecía haber encontrado una identidad afín con mis principios. Cerveza barata, muchos amigos, testosterona al mango y un puñado de sueños. Reírnos de cualquier cosa, sin preocuparnos sobre qué íbamos a hacer a la noche los fines de semana. Siempre era lo mismo. Ir a la casa del Panza (amigo olvidado si los hay), escuchar música y turnarnos para ver quién decía la incoherencia más graciosa. Mentir sobre chicas era necesario para sobrevivir en el grupo. El resto era fácil, con saber el nombre de dos skaters famosos y rolar, ya estabas adentro.
Hoy, no pateo más la tabla y mis pantalones se acercan cada vez más a mi verdadero talle. Me queda un solo buzo con capucha, y cambié a NOFX por Kasabian.
Los fines de semana voy a bares chetos con nombres en francés en busca de algo que no encuentro, uso bufandas multicolores y no me junto más con un grupo de amigos a reírnos, tengo pequeñas reuniones donde vamos a comer y tomamos vino. Ellos no mienten más sobre chicas, llevan a sus novias a todos lados y yo las hago reír con mis falsas aventuras. Invento mucho y ellos lo saben, porque es más divertido escuchar una mentira que recordar que alguna vez con solo estar juntos, era suficiente.
6 Comments:
Todavía sos bueno para decir incoherencias. A veces hasta graciosas.
Te recomiendo que en lugar de ir al café frances este fin de semana, mejor sacá tu skate y quitate la melancolía. Y no olvidés llevar cámara.
ay Roberto, creo que te conoci mas o menos a finales de esa epoca, y me gustaba, porque negarlo? aunque ahora hace mil que no te veo.
Tus medias con el aguila tambien eran de lo mas grosas.
(me incineraste con el otro post, tsnami de chanes, aunque, tanos lectores no hay para estas cosas VIP)
Beso en la ceja
cuidese
what a jerk
You make me wanna LA LA!
Los 17 son un asco.
Post fantastico. Te sigo, te sigo.
Clap, clap, clap.
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