12.9.04

Una goma, cuatro tornillos y una estampida de elefantes

Yo estaba de buen humor. Si me fuí hasta Scalabrini Ortíz y Córdoba (desde donde vivo yo, es como ir hasta Texas, es lejísimos) para buscar a un amigo. El vive en una de esas casonas viejas de Palermo, esas que tienen puertas altas y de madera. "Damiano, questa notte, io sono libero!" Cómo no iba a pasarlo a buscar... la novia por primera vez en dos meses le dejaba un sábado libre. Mi amigo, Marco... es una persona diferente. Primero porque es italiano. Segundo, porque me lleva 12 años. Tercero, porque es mi amigo.
Me gusta salir con Marco, nos divertimos mucho. Además aprovecho para practicar mi italiano, que es precario pero mi capacidad inventiva se ocupa de inventar palabras de relleno. Entonces él me entiende. La clave es terminar casi todas las palabras con la letra "i".
Llego a horario, toco bocina dos veces, sale Marco evidentemente dormido, me hace señas de "pasá un minuto", bajo del auto, lo cierro y entro.
¿Cuanto tardás vos en ponerte un jean y zapatillas?
¿Cuanto tardás vos en tomarte un cafecito?
¿20 minutos? ¿Media hora? Bueno, eso es lo que tardamos dentro de la casa. Más o menos.
Salimos listos para vivir una noche que pintaba memorable, estoy por abrir la puerta del auto y escucho a Marco decir: "Dio canne, Damiano, ha visto la goma?!" Miro hacia donde apunta su dedo, y la re puta madre que los re mil parió.
Me afanaron una goma trasera.
Rapidísimo. Porque en serio, no tardamos mucho dentro de la casa. El barrio pinta tranquilo... es bien iluminado y blah blah, estos negros de mierda la concha de su madre. Me siento en el cordón, se me escapa un "estoy meado por elefantes", Marco se ríe y me da una palmada en la espalda. "Bambino, tranquilo... no é tu culpa".
Hundo mi cabeza entre mis manos, miro al piso y veo que algo brilla. Es un tornillo. Al lado, sus tres hermanos.

"Ladroni gentile" dice mi amigo italiano. Por lo menos ahora puedo poner la de auxilio, sin los tornillos es imposible. Y la verdad, hubiese sido un garrón mas difícil de digerir.
"Ladroni gentile??!, no me hubiesen afanado si son gentiles!" Marco vuelve a reír. Trata de ser un buen amigo y me quiere levantar el ánimo. Cambiamos la goma. No, ¿qué cambiamos? Ponemos una goma, la otra se la llevaron.

"Andiamo Damiano, no stress".
"Andiamo, Marco".
"Tutto bene?".
"Si, ya fué".

Durante toda la noche vas a torturarte pensando en la goma que te robaron. Vas a fingir estar de buen humor, vas a bailar y te vas a tomar hasta el agua de los floreros para poder olvidar. Pero no quería olvidar un amor, eso es más fácil.

Ya fué las pelotas.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

La goma no la pusiste vos, te conozco.
Seguro la puso el tano mientras vos puteabas por lo bajo. Seguro.

8:30 p. m.  
Blogger Damiano said...

Me afanaron la goma en la puerta de SU casa. Es lo mínimo que podía hacer. Igual repito, "poner" una goma es mucho más facil y rápido que "cambiarla". Pero duele más. (_(_) kiss it

11:16 p. m.  

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