Me cagaron a pedos por el vidrio roto y el stereo y yo...
Me compré unas zapatillas mágicas. Tienen el poder de hacerme sentir bien. Cuando me las pongo, siento como una pequeña palmada de aprobación unánime en mis espaldas, como si un enano chiquitito, barbudo e irlandés estuviese sentado en mi hombro y me dijera a cada paso “sos grosso”.
Caminar con ellas es más fácil. Ser mejor persona con ellas es más fácil. Están un poquito duras y me hacen doler a los costados del pie, pero es como cuando le preguntás a una de esas personas que estan tatuadas por todos los rincones del cuerpo si les dolió. Claro que les dolió, les clavaron una agujita llena de tinta durante horas. Pero ellos responden orgullosos que “es un dolor placentero”. Asi que por más que me produzcan un malestar constante, son tan pero tan copadas que el orgullo que me da ser su dueño es más fuerte que un simple dolorcito. Seguramente cualquier madre que lea esto me va a entender. Tener un hijo duele. La pochola se estira hasta que una cabeza grande como un bola de bowling (los nenes cada día son más cabezones) pueda atravesarla y conocer el mundo y sus maravillosas zapatillas. Quizás me este quedando corto. Quizás tener un hijo no sea tan increíble como tener un calzado tan buena onda como este. Son Nike. Con todo lo que eso significa. Cool, joven, casual, moderno, cool. Doblemente cool. Porque son mías. Porque las uso yo. Fui yo quien las eligió entre miles de pares distintos para gente distinta que no entiende nada de nada de lo que es ser un pibe que no tiene nada en la cabeza más que la preocupación de saber si la mina con la que salgo esta noche se fijará en mis zapatillas y dirá “mmm, cool... ahora garchame”. Porque yo sé muy bien que a las chicas no les importa si sos un individuo singular, único, creativo, sensible, generoso, honesto y divertido. Nada de eso importa, y vos lo sabés muy bien. Las zapatillas importan. No importa si estás dispuesto a regalarles tu corazón para que hagan lo que quieran con el. Eso es re cursi, tipo que no da. El amor es lo más grasa que existe. Es tan poco cool amar a alguien. Como que es gastar mucho tiempo y esfuerzo en una ecuación que nunca cierra. Porque si el amor no le cierra a nadie, menos me va a cerrar a mi (es que estoy un poco gordito). Entonces mientras me ato los cordones, río y pienso: No me amará nadie, pero la mierda que buenas zapas tengo.
Caminar con ellas es más fácil. Ser mejor persona con ellas es más fácil. Están un poquito duras y me hacen doler a los costados del pie, pero es como cuando le preguntás a una de esas personas que estan tatuadas por todos los rincones del cuerpo si les dolió. Claro que les dolió, les clavaron una agujita llena de tinta durante horas. Pero ellos responden orgullosos que “es un dolor placentero”. Asi que por más que me produzcan un malestar constante, son tan pero tan copadas que el orgullo que me da ser su dueño es más fuerte que un simple dolorcito. Seguramente cualquier madre que lea esto me va a entender. Tener un hijo duele. La pochola se estira hasta que una cabeza grande como un bola de bowling (los nenes cada día son más cabezones) pueda atravesarla y conocer el mundo y sus maravillosas zapatillas. Quizás me este quedando corto. Quizás tener un hijo no sea tan increíble como tener un calzado tan buena onda como este. Son Nike. Con todo lo que eso significa. Cool, joven, casual, moderno, cool. Doblemente cool. Porque son mías. Porque las uso yo. Fui yo quien las eligió entre miles de pares distintos para gente distinta que no entiende nada de nada de lo que es ser un pibe que no tiene nada en la cabeza más que la preocupación de saber si la mina con la que salgo esta noche se fijará en mis zapatillas y dirá “mmm, cool... ahora garchame”. Porque yo sé muy bien que a las chicas no les importa si sos un individuo singular, único, creativo, sensible, generoso, honesto y divertido. Nada de eso importa, y vos lo sabés muy bien. Las zapatillas importan. No importa si estás dispuesto a regalarles tu corazón para que hagan lo que quieran con el. Eso es re cursi, tipo que no da. El amor es lo más grasa que existe. Es tan poco cool amar a alguien. Como que es gastar mucho tiempo y esfuerzo en una ecuación que nunca cierra. Porque si el amor no le cierra a nadie, menos me va a cerrar a mi (es que estoy un poco gordito). Entonces mientras me ato los cordones, río y pienso: No me amará nadie, pero la mierda que buenas zapas tengo.
7 Comments:
El otro dia cuando leia lo que te habia pasado con el auto, no podia dejar de sentirme identificado. El mio me hace todas las que te puedas imaginar, siendo la peor de todas la vez en que misteriosamente SE APAGO en el medio de la Gral. Paz un sabado a las 2 de la mañana (imposible tirarse a la baquina sin acelerador) y provoque un choque en cadena.
De las ultimas que me hizo podes leer aca la mejor, si te interesa.
http://myspotlight.blogspot.com/2004/12/car-trouble.html
LOVE IS IN THE AIR... y a la distancia.
como te fue con miss perfect date el ultimo jueves?
Tiene un rico rostro.
Hey, que bueno que aún seguís con vida.
Y que bueno que sentíste una pequeña palmada de aprobación unanime en tus espaldas y no una gran patada de amonestación que te dejara exánime en las... bueno, espaldas.
esto va para el que mando el coment de aca arriba:
flaco, cada vez que leo algo que escribiste me viene la imagen de un burro maricon con alitas escribiendo en un cuaderno rosa. por favor, cambiate el nick, no puedo sacarme esa imagen de la cabeza.
S
El otro día Dam me sugirió Flying Donkey. Pero el nick es por aquel Flying Burrito de los dibujos animados de Disney, te acordás? Si, tenía alitas, pero no era maricón (si ya salió del closet, no lo sé). Si no te lo podés sacar de la cabeza, no te preocupés. Hay otros que cuando están en la ducha y agarran el shampoo se acuerdan de cubanos sonrientes (ese post es un clásico). Es de lo mas normal.
Manga de gays!
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