Rutina vs. Damiano, el quejoso

Hoy me desperté con ganas de ser otro. Me puse ropa que nunca uso ni usaría, me peiné con gel todo el pelo para atrás y en vez de mis all stars, me puse mocasines. Desayuné café en vez de Nesquik, me subí al tren y prendí viaje.
Llegué al trabajo y aunque todos se sorprendieron nadie dijo nada respecto de mi apariencia. Abrí mi maletín lleno de nada, saqué una manzana, un mouse pad con forma de caballo e hice de cuenta que nadie me miraba. Empecé a estampar mi sello de aprobado o denegado en cuanto papel estuviera a mi alcance. A la hora del almuerzo, tomé un caldo. Solo, en mi escritorio. Sin charlas. Sin comentarios. Solo en mi mundo paralelo y copiado.

Saben qué?

Por un ratito, fuí feliz.