16.5.06

Once you go black, you never go back

Los zapatos blancos que sostenían todo mi encanto latino. Los bigotes chicanos, recién afeitados, frescos sobre mi rostro de piel trigueña. Las sogas de oro puro y brillante noruego, colgando de mi cuello para morir en mi pecho justo donde late el corazón. Mi camisa negra de seda ampliamente abierta para mostrar todo mi bling bling, que se escondían bajo unos pantalones color crema de coco soñados, bien pinzados. El gorro made in Guayaquil de mimbre y un puro ardiendo constantemente en mi mano derecha.

Era sólo una fiesta de disfraces sin caretas, rica.