Una extraña manera de decir algo
Todo sería mucho más fácil si estuviese en una banda. Mi mente se convertiría en una continua catapulta de ideas sin límites, y estoy convencido que el 1% de ellas serían mínimamente geniales.
Me imagino como sería mi vida si yo fuera el líder de una banda importante, en la cima de su prolongado éxito. Reconocida, respetada, venerada y lo más importante, imitada. Que nuestra música sea inspiradora de una nueva voz, generando un inconfundible estilo. Resumiendo, tendríamos nuestro propio jet con el nombre de la banda en los costados, sólo porque no muchas bandas pueden hacer eso.
Al finalizar cada recital, yo haría alguna especie de ritual junto al público, para poder sentir que muevo la masa. La amaso, la piso, la hago pizza o un festival. Mis fans amarían ese instante y luego comprarían remeras excesivamente caras sobre eso a la salida.
La cadena VH1 nos propondría hacer nuestro especial Behind The Music, aceptaríamos y luego yo tendría un entredicho con la reportera y les regalaría un nuevo escándalo a todos los presentes y la teleaudiencia. Todo premeditado, por supuesto.
Luego, en la decadencia de mi estrella, me volvería completamente loco. Mandaría a matar a un par de personas que realmente se lo merezcan y luego huiría con toda mi fortuna, mis panteras y mis tapas de la Rolling Stone (enmarcadas en titanio) a, obviamente, una isla.
Me acostumbraría a despertar con el mar suspirándome en el óido todos los días. Encontraría el amor eterno en una indígena local llamada Moo-too-bu, pero yo le llamaría Vaquita y seríamos felices. Y una vez aburrido de mi matrimonio, planearía mi estrategia para poder ser esa nueva persona que quiero interpretar: Damián.
Me imagino como sería mi vida si yo fuera el líder de una banda importante, en la cima de su prolongado éxito. Reconocida, respetada, venerada y lo más importante, imitada. Que nuestra música sea inspiradora de una nueva voz, generando un inconfundible estilo. Resumiendo, tendríamos nuestro propio jet con el nombre de la banda en los costados, sólo porque no muchas bandas pueden hacer eso.
Al finalizar cada recital, yo haría alguna especie de ritual junto al público, para poder sentir que muevo la masa. La amaso, la piso, la hago pizza o un festival. Mis fans amarían ese instante y luego comprarían remeras excesivamente caras sobre eso a la salida.
La cadena VH1 nos propondría hacer nuestro especial Behind The Music, aceptaríamos y luego yo tendría un entredicho con la reportera y les regalaría un nuevo escándalo a todos los presentes y la teleaudiencia. Todo premeditado, por supuesto.
Luego, en la decadencia de mi estrella, me volvería completamente loco. Mandaría a matar a un par de personas que realmente se lo merezcan y luego huiría con toda mi fortuna, mis panteras y mis tapas de la Rolling Stone (enmarcadas en titanio) a, obviamente, una isla.
Me acostumbraría a despertar con el mar suspirándome en el óido todos los días. Encontraría el amor eterno en una indígena local llamada Moo-too-bu, pero yo le llamaría Vaquita y seríamos felices. Y una vez aburrido de mi matrimonio, planearía mi estrategia para poder ser esa nueva persona que quiero interpretar: Damián.
2 Comments:
es el circulo del "quiero ser"
La banda se llamaría "Ashtray", que en inglés, noruego y portugués del norte significa "recipiente para cenizas".
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