3.4.07

NO ES FÁCIL: consejos para seducir mujeres y vivir la noche como se debe.

Los dos primeros capítulos vienen con las tapas duras para que armes el libro y un póster de Hernán Caire!!!


Capítulo 1: La Guiñada

El guiño (acción que consiste en cerrar un ojo mientras se deja el otro abierto) es el mensaje no verbal más directo que un ser humano pueda hacerle llegar a otro. No lo digo yo, sino que está científicamente comprobado que su uso indiscriminado es altamente positivo y efectivo cuando de seducir se trata. Si ves una chica que te gusta, animate y regalale una guiñada. No sólo demostrarás un completo dominio de tus expresiones faciales y cuerpo en general, sino que quedarás como un cheronca tremendo: lanzado, romántico y sobre todo, muy fino.
Para bien o para mal, las chicas nunca olvidan quién les ha guiñado el ojo. Además, como verás más adelante, combinado con los codos siempre hacia atrás y el "cómo estás, bien?", es letal.

Resumiendo: Tú guiña y el primer paso estará bien dado.

Capítulo 2: Los codos siempre hacia atrás

El verdadero seductor es un ebrio al que no le pega mal el exceso de bebida. Sabe mucho de espumantes, cerveza con o sin espuma y de espuma saliendo por la boca. Por ende, su hábitat natural es la barra.
Una vez allí y siempre con un trago en mano, si es copa mucho mejor, lo que más importa es la ubicación de los codos, siempre hacia atrás sobre el borde de la barra, delimitando el territorio.
Lo ideal es en una punta, alejado de la caja, porque nunca un seductor va hacia allí para ordenar un refrigerio. ¿Pagar? ¿Recibir un ticket y vuelto con monedas? ¿Canjear el vale, tocarse con otra gente? Nunca. El seductor directamente mira a la persona encargada de preparar los brebajes y ordena sin titubear, dejando una propina a la vista como diciendo "perdoná que te grite así, estoy seduciendo, vos dejame hacer lo mío y hacete unos mangos". Las chicas siempre detectan a quienes ordenan directamente al barman/woman, porque eso significa poder. Todos sabemos que a las chicas les encanta el poder. Y un hombre con los codos hacia atrás, bebiendo de una copa llenísima, ebrio, guiñando el ojo y con poder, es simplemente irresistible.

Resumiendo: Para avanzar, los codos siempre van para atrás.

No te pierdas la próxima entrega, donde te enseñaremos el correcto uso del "cómo estás, bien?" y muchas tácticas aleatorias de seducción pre-testeadas exitosamente en las mejores confiterías del mundo.