17.1.07

Te espero allá, en las montañas de Alá.

Versión 1

Hay algo sobre el mar. Tiene un extraño poder que nos lleva a mirarlo sin pensar en nada y de pronto estar conciente de todo. Es una increíble asociación de sensaciones opuestas. Lo complicado se hace fácil, el dolor te enseña a poder reír y esos demonios incansables que uno trata de domar se toman unas merecidas vacaciones para bañarse en agua salada.

Las paredes que nos rodean todos los días funcionan como barreras de sonido que nos devuelven nuestros propios pensamientos una y otra vez. Tantas veces que uno termina por escuchar sólo ruido. En el mar, la vista no encuentra un límite, porque siempre hay un más allá de esa línea donde se zambulle el sol. Los sonidos viajan y se pierden, dejándonos lugar para poder crear una continuidad en el pensamiento. El vacío siempre es el inicio de algo nuevo.

Sólo necesité un momento en silencio. Admirar un poco de inmensidad. Espiar de reojo a la chica sobre la orilla. Pensar que el mundo es muy grande y que yo lo he caminado muy poco por estar siempre tan apurado. Y que renunciar a mi vida de hoy quizás sea la llave que necesito para abrir un nuevo camino. Uno que no tenga fín, para que vivan todos los opuestos para siempre en mí y así poder comenzar a realizar este nuevo viaje. Ojalá sea interminable. Como este pensamiento infinito. Como mis deseos de conocer algo que esté escondido. Como lo que nace bajo el mar.

Versión 2

Querido Diario:

Luego de las fiestas y los miles de festejos por haber terminado el año de manera impecable, me fui de vacaciones unos días y viví tanta farrah que al volver decidí que quiero otra cosa. Renuncié olímpicamente al trabajo que tuve en los últimos dos años y decidí irme de viaje por tiempo indeterminado. Deseame suerte.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

decisiones que nos hacen grandes.
PerSe

9:51 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

muy bien por vos. solo asi vas a encontrar lo que tanto buscas. ponele huevo!

2:06 p. m.  

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