Bizarro, pero edifica el ego
Ellas son mujeres de más de 30 años. Coquetas, finas y divas wannabes. Trabajan en la misma agencia de publicidad que yo, en el departamento de cuentas. Son las que tienen el trato directo con el cliente. Después me llaman, me pasan una orden de trabajo y yo tengo que supuestamente pensar una idea para un aviso que va a terminar envolviendo huevos en algún almacén de barrio. La máquina de la publicidad funciona así y yo me siento a gusto en ella. Es lo que elegí y no me arrepiento. Siempre puedo retomar mi sueño de rockstar. Tengo sólo 22 años. Chan.
Las tres solteras, una de ellas embarazada de dos meses y no se le nota para nada. Es una lástima, porque es la que esta más buena de las tres. Son mujeres simpáticas cuando hay que joder y rigurosas cuando hay que trabajar. Pero últimamente cada vez que suena mi interno para que vaya a sus oficinas, tiemblo.
Para los que no me conocen, yo soy un chico normal. No soy lindo, no soy feo, no soy flaco, no soy gordo, no soy súper inteligente, no soy ni muy muy ni tan tan. Pero creo poseer un carisma que me ha hecho recolectar muchos amigos a lo largo del camino y otros tantos enemigos que ahora no me acuerdo ni los nombres. Antes tenía más. Mientras más grande te ponés, más rápido la gente te manda a cagar y se olvida. Y viceversa.
Estas tres señoritas se la agarraron conmigo. Todos los días me critican la ropa que tengo puesta. “Hoy no estas tan lindo”. Ríen de mis chistes idiotas y lo hacen con esmero. Me dicen que es increíble que no tenga novia. Ojo, yo también a veces no lo puedo creer. Y no porque sea una persona adorable. Sino porque tengo auto propio. Me miman, me regalan cosas, soy el querubín de la agencia. Soy el más joven del staff y eso me da cierta licencia para comportarme como un infant terrible. Exagero. Me divierto. Pero últimamente no tanto.
Hay una que me toquetea a tal punto que deja de ser gracioso para pasar a ser un poco… fucking weird. Lo disfruta. Pone caras. Yo tengo que sonreír y huir en el instante. Siempre con cortesía. Siempre en tono chiste. Pero esto ya me esta afectando. Hay otra que me habla como si fuese un bebé. “Damianuchi, como van esos bocetitos, corazón?”. Otra directamente me mira la entrepierna y se relame. Y yo supuestamente debo reír, hacer un chiste y volver a huir. Una me agarró hoy la boca y casi me la parte y yo casi me muero de la vergüenza y del terror. Y ahora esta sonando el teléfono, y sé que es el interno de ellas. Dios, ayuda. Siempre te pedí que las mujeres mueran por mi. Pero no me refería a esto. Quiero una chica normal.
Las tres solteras, una de ellas embarazada de dos meses y no se le nota para nada. Es una lástima, porque es la que esta más buena de las tres. Son mujeres simpáticas cuando hay que joder y rigurosas cuando hay que trabajar. Pero últimamente cada vez que suena mi interno para que vaya a sus oficinas, tiemblo.
Para los que no me conocen, yo soy un chico normal. No soy lindo, no soy feo, no soy flaco, no soy gordo, no soy súper inteligente, no soy ni muy muy ni tan tan. Pero creo poseer un carisma que me ha hecho recolectar muchos amigos a lo largo del camino y otros tantos enemigos que ahora no me acuerdo ni los nombres. Antes tenía más. Mientras más grande te ponés, más rápido la gente te manda a cagar y se olvida. Y viceversa.
Estas tres señoritas se la agarraron conmigo. Todos los días me critican la ropa que tengo puesta. “Hoy no estas tan lindo”. Ríen de mis chistes idiotas y lo hacen con esmero. Me dicen que es increíble que no tenga novia. Ojo, yo también a veces no lo puedo creer. Y no porque sea una persona adorable. Sino porque tengo auto propio. Me miman, me regalan cosas, soy el querubín de la agencia. Soy el más joven del staff y eso me da cierta licencia para comportarme como un infant terrible. Exagero. Me divierto. Pero últimamente no tanto.
Hay una que me toquetea a tal punto que deja de ser gracioso para pasar a ser un poco… fucking weird. Lo disfruta. Pone caras. Yo tengo que sonreír y huir en el instante. Siempre con cortesía. Siempre en tono chiste. Pero esto ya me esta afectando. Hay otra que me habla como si fuese un bebé. “Damianuchi, como van esos bocetitos, corazón?”. Otra directamente me mira la entrepierna y se relame. Y yo supuestamente debo reír, hacer un chiste y volver a huir. Una me agarró hoy la boca y casi me la parte y yo casi me muero de la vergüenza y del terror. Y ahora esta sonando el teléfono, y sé que es el interno de ellas. Dios, ayuda. Siempre te pedí que las mujeres mueran por mi. Pero no me refería a esto. Quiero una chica normal.
5 Comments:
Si te sentís muy mal podrías (a modo de terapia) repetir con las chicas las experiencias que te incomodan, pero sin ropa. Después pueden intercambiar roles. Apunten en un cuaderno lo que les gustó y lo que no y discutan sobre ello. Es una experiencia muy positiva y pueden aprender mucho.
NO! A MI DAMIANO NO!!
Mi Damiano?
Ok.
SE BUSCA:
Un patova cibernético entrenado en las finas artes del rechazo y el peinado con gel para garantizar el acceso a gente como uno o en vías de serlo y el impedimento a aquellas personas desiquilibradas mentalmente que se creen que poniendo un nick de mentira y dejar comentarios "locos" van a lograr algo. Minimum pay. Maximum gay.
jajajja....murieron en tu encanto, agarra viaje damito.
Es el precio de la fama, Dam. Es exactamente lo mismo que le pasaba a los Beatles, a los Stones, a los Menudos, a los Backstreet Boys...
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