13.8.05

A veces es bueno sacar la pistola

- Puedo ayudarlo en algo, señor?
- Si, podés empezar por no llamarme "señor"...
- Ja, bueno, perdón, es la costumbre... buscás algo?
- Si, una novia.
- Ah, seguime, tenemos una gran selección. Las esposas están en oferta, no te interesa?
- No, por ahora sólo quiero una relación sin ataduras ni firmas.
- Me parece bien. Aquí están nuestras mejores opciones. Tomate tu tiempo.
- Gracias.

En los estantes de madera, las fotos mostraban las bondades de cada producto. Al no ser una persona de gustos prefijados, me dispuse a observar cada una de las posibilidades con detenimiento, sin discriminar a nadie sin primero prestarles un poco de atención. La diversidad era asombrosa.

Tina: morocha, alta, flaca, ojos verdes. Hobbies: fiestas, eventos, champaña. Gustos: cachorritos, literatura francesa y chocotorta. Odia: la mentira y los Citroen.

Mariel: rubia, petisita, pechugona. Hobbies: peinarse frente al espejo por horas, reciclar, leerle cuentos a los niños del orfanato. Odia: la comida chatarra y Nicolás Repetto.

Flor: castaño claro, 1.68, pechos firmes y trasero generoso. Hobbies: estudiar todo el tiempo. Odia: salir y gastar plata.

Carla: pelo violoeta con reflejos rosas, piercings por doquier y base de maquillaje pesada. Hobbies: hacer pogo y remendar su mochila de Marilyn Manson. Odia: la sociedad.

Todas eran muy interesantes pero ninguna lograba decidirme. Siendo tan quisquilloso como soy, solicité la ayuda de la vendedora.

- Disculpame... esto es todo lo que hay?
- Por este precio si...
- Ah tienen distintos precios?
- Claro, este es el sector "común".
- Hay uno mejor?
- Si, pero es más caro.
- El dinero no es problema cuando se trata del amor de mi vida.
- Entonces seguime.

Pasamos la puerta con cortinas de terciopelo y entramos a una habitación decorada con motivos victorianos. "Se fueron al carajo" pensé yo. Pero nada me podía preparar para lo que mis ojos iban a ver.
Me senté en el puff como me indicó la señorita en cargo del local, enfrentando una pequeña tarima. Me ofreció algo para beber y yo acepté. "Heineken tenés?". "Por supuesto, Ariadnaaaaa!! Traé una Heineken!"

Ariadna atravesó el telón detrás de la tarima, vestida con un bikini dorado, marcando su increíble figura. Me acercó mi cerveza y me guiñó el ojo. La vendedora le dijo: ya sabés lo que tenés que hacer. Se paró sobre la tarima y empezó su monólogo.

- Soy Ariadna y si me elegís, voy a ser lo mejor que te pasó en la vida. Tengo un gran sentido del humor, se jugar al truco y me encantan los morochos como vos. Adoro pasar los domingos en la cama, conozco de pe a pa todas las posiciones del kama sutra, soy independiente, me gradué en Comunicación en Harvard y hablo 13 idiomas. Pagando apenas un bonus, te dejo que me rompas el culo todas las veces que quieras.

Quedé estupefacto. La vendedora me ofreció seguir viendo productos, y yo le dije que no era necesario. Ya había tomado una decisión.

Revólver en mano, a los gritos, vacié la caja de "Money Love". Y me fuí derecho a comprar un convertible importado.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

If there had been a "Twitchy" among the names, you probably wouldn't own a convertible by now.

Pero en serio, eh.

11:28 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Entre lo que cuesta el mantenimiento de un auto importado y el de una chica asi, talvez te hubiera salido más barato llevarte a Ariadna

Y lap dances no hacen en el Money Love?

3:38 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home