El Shakal del Altiplano Boliviano
Masca hojas de coca sin cesar, porque a Cesar no le gustan. Su corta estatura y fibrosa contextura lo convierte en uno de los shakales más ágiles y escurridizos, siendo una presa difícil de atrapar. Maestro del disfraz, no hay frontera que lo contenga. No hay país que no conozca. No hay mujer que no lo haya rechazado. De corazón sensible y alma inocente, pasa sus días escribiendo poesía mediocre, como la que les gusta a la mayoría de los mortales. Su pelaje es verde titicaca y es capaz de traficar kilos y kilos de diferentes drogas pesadas en su estómago. Cómo las recupera de ahí, es otro asunto. Dicen haberlo visto por última vez trabajando para una aerolínea argentina recientemente desaparecida.
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