8.3.05

Las desventuras y complicadas conjeturas de Coquito, el niño residual

Coquito y su Tío Ernesto se encuentran mirando la tele en la comodidad de su sillón favorito...

- Ahhh Coco. Ahhh Coco. Ahhh Coco. AHHHHHHHH COCO!!!

- Tío, ya te dije que con vos no hablo. Sigo enojado. Asi que por mí, podés seguir haciendo eso todo el día. Me da lo mismo.

- Ahhh Coco. Ahhh Coco. Ahhh Coco. Ahhh Coco. Ahhh Coco. Ahhh Coco. Ahhh Coco. Ahhh Coco. Ahhh Coco. Ahhh Coco. Ahhh Coco. Ahhh Coco. Ahhh Coco. Ahhh Coco. Ahhh Coco. Ahhh Co... BASTA!! Hablame Coquito, por favor. Vos sabés que yo te quiero y te des... ehh te quiero. Dale, no seas así con tu Tío. Fué sin querer...

- Haberme atado al camión de basura que hacía su ronda a las 3 de la mañana mientras yo dormía no fué sin querer. Y eso no fué lo peor. Sabés lo que es despertarse en el cinturón ecológico, que de ecológico no tiene nada, dos horas después, apestando a cáscaras de bananas putrefactas y residuos tóxicos tirado por gente insensible y desalmada que no recicla? Sabés lo que es eso?

- Jeje no, esperaba que me cuentes vos.

- Fué horrible, Tío. Un señor me tocó el culo mientras buscaba entre la basura algún resto de comida para darle de comer a sus hijos. Me sentí violado.

- Qué asco!

- Si, es terrible que en nuestra sociedad haya gente que no tenga otro remedio más que buscar sustento entre lo que los otros tiran para darle a sus seres queridos.

- Qué asco que la gente no recicle, Coco. No digas pavadas.