30.8.04

NAH!

Un saludo para todos los que me conocen!

29.8.04

Stomp en el Luna

Tu tun tu tututututu tu tun tu tututututututututut tu tut tu tuut tu tu tutututu. Una batucada de la San Puta, al ritmo de golpecitos en cajas de fósforos. "Oh, increíble!" le digo sarcásticamente a mi viejo en el oído, se cubre los ojos con una mano y se ríe. Ya habían pasado una horita y media de golpecitos en lo que se te ocurra. Divertido. Por momentos gracioso. Y un poco monótono. Si bien hay una negra que la rompe, que según leí en el programa es nacida y criada en el Bronx de Nueva York, lo que me hizo pensar: "lógicamente sabe de ritmo callejero", el show está bien producido, las luces haciendo el efecto del polvo que se levantaba del piso cada vez que lo golpeaban simplemente magistral y la puesta en escena está bien lograda. Crea una atmósfera "industrial" que acompaña eficazmente el repetir constante de ritmos urbanos.
Ah no sabían? Me faltan dos materias para recibirme de Crítico de obras donde se producen ruidos y música con objetos ordinarios en vez de instrumentos. Es una nueva carrera de la UADE.


27.8.04

Viernes 7pm

- "Qué hace el Mono que no está?"
- "Se compró un campo en Bolívar."
- "Y qué va a hacer con el campo?"
- "Va a criar monos."

26.8.04

Cosas que pienso y hago bien en callar.

Hay pequeños detalles de la vida (la vida misma es un pequeño detalle, a veces) que me dan ganas de comprarme un bote y salir a pescar. Nunca fui a pescar. Me imagino pescando con mosca, como le dicen. Me veo con un chaleco lleno de plumitas de todos colores, gorro de pesca australiano y una barba de tres meses. El sol de las 4 de la tarde, un río en el medio de la montaña, agua hasta las rodillas, bien fría. Tan fría que pensaría en volverme de inmediato para mi casa. Pero igualmente me gustaria hacerlo, para poder ocuparme de algo verdaderamente importante, como la hipotermia. Y no tener que pensar las mismas cosas, una y otra vez. Como te es requerido. Y como te encanta obedecer. "Hagan para la semana que viene un análisis de..." es un hit. Hice cien mil análisis. Creo que podria decir que si algo aprendi es a analizar. Por eso es tan fácil quejarte. Y quedarte en sólo eso. Pasar de la queja a la acción conlleva esfuerzo. Y tu esfuerzo se centra en analizar. Es una rueda sin fín, es casi perfecta. La comodidad de hacer lo requerido. "Es por tu bien, chiquitín".
Recuerdo haber charlado de algo parecido conmigo mismo. Y al comentárselo después a alguien, te dijeron: "Una fina línea separa al mejor de los filósofos, del más flojo de los vagos". Nunca pude olvidarme de esa frase.
Debo aprender mucho. Eso lo sé. Y analizar menos. Denmen bola. Hagan algo. Pero que sea suyo.
Les dejo ese consejo, me voy...

a mirar ATENAS 2004 hasta que me exploten los ojos.








25.8.04

Evolución

El hombre ha dominado este planeta desde su aparición, hace ya cientos de miles de años.
Nuestra especie ha evolucionado, eso es irrefutable. Pero hay ciertas consideraciones que deben apreciarse antes de mirarnos en el espejo y pensar: “pero qué capo soy!”.
Hoy tenemos miles de formas de expresarnos, innumerables maneras de mantener el contacto con nuestros afectos. Subiéndonos a un pájaro gigante de metal, podemos llegar a cualquier parte del mundo en cuestión de horas. Apretando un botón de una caja, podemos calentar nuestros alimentos. Hoy por hoy, casi todo se resume a presionar botones. Computadoras, Teléfonos, Controles Remotos. Son artefactos creados por el ser humano, son prácticos, útiles y nos brindan comodidad.

Merece un párrafo aparte la Medicina. Lejos, una de las disciplinas mas honorables a mi humilde entender. A base de empirismo y estudio, hoy es posible insertar el corazón de otra persona en mi cuerpo y prolongar mi vida. Sencillamente asombroso.
Pero no se puede hacer el amor sin preservativos. Antes se podía.

Hay hombres, que debidamente entrenados y prolijamente manipulados, pueden correr 100 metros en menos de 10 segundos. Hoy el hombre corre por deporte. No es más una función vital. Solo sirve para ganar medallas, bajar la panza o alcanzar el colectivo.
Hace poco más de 3.000 años, un tal David venció a un gigante llamado Goliat con una piedra del tamaño de una pelotita de ping pong. Para hacerlo, tuvo que calcular la distancia, la fuerza y además, ser bien guapo. Su golpe certero terminó con la vida de ese hombre de inmensas proporciones.
Hoy sólo se necesita apretar de un gatillo. Y no es indispensable ser valiente.
Hemos vencido al frío y al calor. Estufas y aires acondicionados. Se puede acondicionar el aire. En invierno puedo dormir desnudo sin problemas. En verano, debo taparme para no morir congelado. Irónico.
Que el hombre ha evolucionado, no me quedan dudas. Pero “la evolución” nos conduce a contradicciones complejas y a su vez bastante idiotas. Y una cuota racional de existencialismo me lleva a la reflexión.
¿De qué vale el progreso si el precio es el hambre, la miseria y la guerra?
Llegan todos los días nuevas enfermedades, nuevos conflictos y nuevos dictadores. Pero la esperanza del pueblo nunca se irá. Porque nunca estará todo perdido. Salvo un viejo sueño...Al final, lo único que esperé desde niño, no ha llegado. “Auto que vuela”... algún día serás mío.

Ehhh

Farmacia "MagaShop", 10:35 am.

- Hola, tengo estas dos recetas. Acá esta el carnet, para el descuento.

- A ver... sí, están bien. Ah no... esta no. No especifica si es el remedio genérico o de marca. No te la puedo hacer.

- Bueno, deme el genérico, o el que tenga más a mano, no hay problema.

- Si no esta especificado no te lo puedo hacer.

- Ehhhh (haces tu famoso "EH" largo, el que significa que ya te estás hinchando las pelotas), y ahora qué hago?

- Tenes que pedirle al médico que te especifique el remedio...

- Pero ahí dice, Ansemol...

- Si, pero no dice si es el genérico o de marca.

- Bueno, se lo digo yo, deme el genérico.

- No se puede.

- En serio me está diciendo? No puede dármelo igual? Me lo voy a tomar yo el remedio! (Mentira, es para Papá, pero qué sabe esta vieja...)

- No se puede.

- Señora, vengo recién del médico (mentira), no puedo perder más tiempo (mentira) en ir hasta allá para que me escriba la palabra "genérico". Necesito tomar este remedio hoy (mentira), da lo mismo que vaya hasta la esquina, escriba con una birome cualquiera "genérico", vuelva y me venda lo que necesito. No le parece que esta vez se puede hacer la vista gorda?

- Por gente como vos el país esta así.

- Por gente apurada? No señora, por gente como usted... inoperante.

- Retirate ya, por favor...

Y así fue como empezó este maravilloso miércoles.

24.8.04

Filoso

La tiene "Navajita" Felpedi, el nuevo crack del fútbol argentino. 16 años, 1.55 de alto, pesa 47 kilos. La tiene, la pisa, la amasa, la crea, la juega. Sale del fondo con la pelota dominada. Uno, dos.. tres-cuatro hombres en el camino. Filoso. La popular no lo puede creer. Una rabona, pared con el 8, el esférico regresa a su dueño. La tiene atada.
Marcelo Marino Felpedi era simplemente el mejor jugador de fútbol de la historia. No había dudas de eso. Habiendo debutado en la primera de Quilmes a los tiernos 13 años, en una sola temporada lideró al equipo del sur en la conquista de su primer campeonato local en más de 40 años, clasificándose para la Copa Libertadores, la cual ganaron gracias a los 34 (6 de chilena, algo impensado) goles de "Navajita", dando exhibiciones de su inmensurable talento a lo largo del continente americano. Cuando le preguntaron después de la final, la cual ganaron holgadamente 4 a 0 "Cómo es que haces tantos goles de chilena, Navajita??, él sonrió con su mueca de niño y dijo "es que me gusta hacer gole’ de chilena". Así de fácil era el fútbol para él.
La fama había llegado rápido para Marcelito, como le decía la vieja. Invitado especialmente a la primera emisión de Almorzando con Mirtha Legrand desde el espacio sideral, ante las dudas sobre su futuro profesional, miró fijo a las cámaras y furioso dijo: "Todo lo que tengo se lo debo al club de mis amores, Quilme'. Voy a hacer toda mi carrera en Quilme' porque yo... porque yo... soy de Quilme', nací en Quilme' y me viá morí en Quilme'!!, tamo'?!".
Mirtha, desorbitada, dijo muy locuazmente: “qué carácter, m'hijo!”. Antes de ir a tanda, Marcelito se paró de la silla, amenazó a un cameraman, apoyó la nariz contre el lente y volvió a decir: "Que quede bien claro pa' todo lo' gile' que dicen gilada. No me vendo a nadie. Soy de Quilme'!!”.
Se podía ver detrás a La Chiqui llorando histérica, al grito de "Corten, por Dios!". Apareció en la pantalla placa de "señal interrumpida por defectos técnicos" por primera vez en 34 años. La última había sido por la guerra.
Al otro día, el Club Atlético River Plate compró el pase del "Navajita" Felpedi en 10 millones de Euros. Una barbaridad para el mercado argentino, pero una ganga para la élite europea. Y los "millonarios" ya se relamían por una futura venta. Una docena de hinchas cerveceros se suicidaron en un ritual que incluyó mil galones de cerveza Quilmes, robadas de la planta principal de elaboración. Se piensa que contaron con la ayuda de un "insider".
Otros hinchas más sensibles comprendieron al pobre pibe. Era una oferta que no podía desaprovechar. Además, él le había dado al Q.A.C. lo mejor de su larga historia. El paso a un club grande era un escalón muy arriba en su carrera, había que dejarlo volar. Su madre y sus 19 hermanos por fin podrían cumplir con el sueño de la casita propia. En vez de eso, Navajita les compró una chacra en Santa Fé a cada uno. Les dió las llaves de las tranqueras y les dijo: “A laburá, tamo?!”
El emporio lácteo “Felpedi Hermanos” sólo tardó una década en convertirse en la empresa más rentable de Sudamérica. Pero esa es otra historia.
Navajita jugó de forma irregular las primeras tres fechas en el club de Núñez. Sólo marcó 10 goles. No gritó ninguno. Le costó un poco al principio adaptarse a su nueva camiseta. No tenía el azul marino (por el cual fue nombrado) que se le confundía con su propia piel. A veces, mientras todos jugaban al ping pong en la concentración, Marcelito caminaba solo, miraba las estrellas, pensaba en Quilme' y se largaba a llorar. Al fin y al cabo, era apenas un adolescente. Pero como a cualquier hombre, su traición le pesaba.
Eventualmente Navajita Felpedi debutó en la Selección Nacional, con la cual ganó tres mundiales y anotó infinidad de golazos de todas formas posibles. No gritó ni uno.
En River jugó dos temporadas, llego a ser el goleador histórico de la entidad con más de 500 goles (501 para ser exactos), ganando cual título disputase. Así es, cual título disputase. Nunca fue sustituido, jugó todos los partidos. No festejó ninguna de sus conquistas. Sus peores actuaciones siempre eran contra Quilmes, nunca les convirtió ni un gol. Dicen que una vez un hincha le gritó “vendido!” y que Marcelito, herido, no habló por dos meses.
Llegó al Real Madrid con 18 años recién cumplidos. En su paso por el club merengue se consagró como ídolo mundial. Sus largas y gloriosas veinte temporadas como capitán del equipo lo vieron brillar de manera trascendental, opacando a cualquier futbolista que haya nacido desde los principios del balompié, hace ya más de cuatro siglos.
Con su derecha mágica, su zurda magistral y su majestuoso cabezazo rompió todos los récords de goleo que existían hasta la fecha y asistió sin falta a cada uno de los partidos de su club durante todo su contrato. Nunca se lo vió sonreír. Menos gritar un gol.
Desde aquel recordado almuerzo, nunca más en su carrera dió entrevistas a la prensa. Al término de los partidos era el primero al entrar al vestuario, con su célebre “NO HABLO” como único mensaje hacia los micrófonos, mostrando su cabeza gacha, el 10 y el mítico “Felpedi” en la espalda.
Luego de ganar la Copa del Mundo por tercera vez, un periodista italiano (de una región muy particular por su dialecto), logró la nota más larga que se le conozca al Navaja desde sus primeros pasos en Quilmes, la cual merece ser citada...

- “Bravo!! Sei Campioni dil Mondo!! Como si chente questa conquistata, shavaleti?
- “NO HABLO”
- “Cossa?! Non ti piace sapere che tutta la gloria é sua?!
- “NO HABLO”
- Per ché non celebratti le goledi marcadi?
- “NO HABLO”
- Po’ como? tu sei un figlio di putana!!!
- “NO HABLO”

Saturado de toda la gloria que Europa le podía dar, decidió que era hora de terminar su carrera. ¿Y dónde podía ser sino en el club de sus amores? Al fin y al cabo, habían rebautizado en su honor al mítico Estadio Centenario con su nombre.
Distinta fue la historia de Quilmes luego de ver nacer a la estrella más grande de todos los tiempos. El dinero que cobró el club por la venta de por aquel entonces “Marcelito”, había sido destinado a campañas políticas de dudosa honradez y al narcotráfico. Cosas del fútbol.
Después de su partir, el equipo descendió consecutivamente desde la Primera A hasta llegar a la Primera D, pasando por la B Nacional, la B metropolitana y la “C”. La gente ya no iba a ver al Cervecero. Las tribunas extrañaban esos días de gloria. Los días del “Navajita” Felpedi.

El regreso más esperado estaba cerca. Las 35.000 entradas locales se agotaron en pocos minutos. Las 15 visitantes quedaron sin vender. Los memoriosos aseguran que ese día en la cancha se respiraba un aire dulce. La trágica explosión de la panadería “El Vigilante de la Esquina”, ubicado en la esquina de Guido y Paz, a pocas cuadras del estadio, seguramente algo tuvo que ver. Pero la desgracia sería atendida en otro momento, señores. Que hoy vuelve el Navaja.
Las tribunas estallan en un mar azul y blanco, sale Felpedi a la cancha con la cinta de capitán, un periodista se le acerca trotando, Navaja le pega un empujón y dice “NO HABLO!”, la gente delira. Por la primera fecha de la Primera D, Quilmes hace su debut ante Juventud Cristiana de Villa Gessell.
Empieza el partido. Agarra la redonda Navaja, se elude a todo el equipo contrario dos veces, retrocediendo en el campo para poder volver a enfrentar a cada jugador, sólo para humillarlos. Como una vez lo humillaron a él.
Nunca es tarde para redimirse.
Enfrenta al arquero. Pisa la pelota. Mira hacia las tribunas. Esas tribunas que llevan su nombre. La cabecera local se llama “Marcelo”, la visitante “Marino”, la platea que da al río “Felpedi” y la doble bandeja “Navaja”.
Desde lo alto de la “Navaja”, divisa una pequeña bandera, con una inscripción que leía “GRITALO, VENDIDO”.
Cerró los ojos y le pegó con el alma.
La clavó al ángulo, lo gritó como nunca.

Y pidió el cambio.




23.8.04

Cortita...

... y al pie.

22.8.04

To kill a fuckingbird

Otra vez Domingo. El día del descanso. Para vos, sólo es un día más entre el sábado y el lunes. El tan odiado lunes.
Tenías mil planes para este domingo, pero ninguno se llevó a cabo. Por decisión tuya. Porque la cama los domingos invita al estancamiento. Y entre la cuarta y sexta hora de tu siesta, un hecho inusual rompe la rutina para convertir a este domingo, en otro más a decir verdad, pero con la certeza de que te sentís un malnacido.
Dormís con la ventana semiabierta, para que el humo del cigarrillo se escape hacia afuera. No sé como el humo sabe que se tiene que ir por ahi, es una maniobra en la cual pitás, dejás salir esa nube viciosa, y en su libre albedrío, el humo se escapa. Se va, y no vuelve nunca más. Y después de ver como pierden las famosas Leonas, apagás la tele, el último cigarrillo y te quedás dormido. Con la ventana semiabierta y tapado hasta las orejas. Goodbye cruel world, hello sweet dreams.
Seguramente estabas soñando con algun momento picante, por el tamaño de tu amigo cuando un aletear te despierta. Desorientado, abrís los ojos y ves a un gorrioncito posado arriba del televisor. Perdido, pobre pajarillo. Cómo hizo para entrar?? Y lo más importante... cómo hago para que se vaya?!
Todavía con media erección a cuestas, se te ocurre una idea genial, nunca pensada por otro ser humano en la historia. Agarrar el cubrecama y usarlo como red. Extendés tu colcha favorita con tus brazos formando un ángulo de 180°, una técnica muy ortodoxa y recomendable. Medís la velocidad requerida para un movimiento eficaz, contás hasta 3 como indica la lógica (siempre que tengas que hacer algo que requiera más o menos algo de coordinación, tenés que contar hasta tres, es regla), dejás soltar el cubrecama como quien deja deja caer el mantel sobre la mesa antes de comer, y el pajarillo queda atrapado. El juez ucraniano te califica con un 8.5, "medio flojo el movimiento de codos", el estadounidense te pone un 9 "10 is only for God" y el chileno te encaja un 6. Sólo porque los chilenos nos odian.
Estás solo en tu casa. Nadie para ver tu proeza, tu acto poético. Vas a liberar a un pájaro. Y los que me conocen saben que siempre jodo con la teoria de nuestro pájaro interior. Todos tenemos uno. Un pájaro y un enano.
El enano representa nuestras miserias, nuestro pobre andar y todo lo malo que vive en nosotros. En un post reciente lo mencioné. Es por eso que me llamó la atencion que ahora aparezca el pájaro. Que no es otra cosa que nuestra esencia, el alma que nutre nuestros sueños, esa mano de caridad en los peores momentos. La esperanza es un pájaro. Y vive dentro nuestro. Dejarlo volar depende de cada uno de nosotros. Y en este caso, literalmente.
Admito que fue un poco agresiva mi técnica. Es que los pajaros son vivos, vuelan rápido. Si no soltaba el cubrecama con furia, de seguro escaparía. Como el humo. No quería que escape, era mejor liberarlo con mis propias manos.
Una vez dentro de la trampa, el gorrión comenzó a aletear con todas sus fuerzas. Ahí le agarré un poco de bronca. Encima que invadís mi espacio y me despertás, renegás de mi ayuda? Si te estoy haciendo un bien, pajarón. Máh si! Yo que te iba a admirar un ratito en mis manos antes de dejarte ir, yo que hasta pensé en sacarte una foto. Asi me tratás? Huís de mi? Justo de mi, que soy tu salvador!? Ahora vas a ver...
Cuidadosamente envolvés el cubrecama de manera que no tenga escapatoria. Te dirigis hacia el balcón, abrís del todo la ventana. Aprovechando tu soledad y con la certeza de que nadie escucha, gritás: Vuela, pájaro, hacia nuevos horizontes! Eres libre!
Repitiendo el movimiento símil mantel, desplegás la colcha en toda su extensión. Esperás ver como la avecilla vuela fundiéndose con el atardecer, regalándote una imagen bastante trucha, pero inspiradora al fin. Porque un gorrión no es particularmente bello. Y el atardecer desde mi balcón se mezcla con figuras de edificios abarrotados de gente que no entiende de esperanza.
El cubrecama flamea sobre el vacío. El reloj marca las 6 y cuarto de la tarde. Un niño nace, un amor conoce su destino, mil mundos en busca de libertad, mi pájaro y yo.
"Vuela pájaro, hacia nuevos horizontes! Eres libre!" Palabras inmortales. No como el pájaro, que en vez de volar, cae sin remedio al vacío. Vos mirás con espanto como tu gorrioncito no puede desplegar sus alas. Su lucha dura lo que dura un pájaro cayendo de doce pisos. Segundos. Una eternidad. Aterriza en el techo del garage... muere. Y algo dentro mío tambien. Mi esfuerzo por salvarlo fue su perdición. Y toda la poesía que inspiraba esa acción, paso a ser tragedia.
No puedo creer que haya asesinado a mi pájaro interior.



Les Chiques

Bailan entre ellas. Se mueven una y otra vez repetidamente, como asegurándose de que las mires. Ríen con sus códigos indescifrables. Son la razón de tu existir. O de tus noches de insomnio.
Para acá, para allá, para acá, para allá. Culos revoltosos se agitan. Cabellos dóciles que vuelan en el aire para aterrizar en sus cabecitas chiquitas, lindas... te como toda. El perfume importado, ese piercing en el ombligo, mi cara contra el espejo diciendo “Dios mío”. Ellas son así. Despreocupadas por unas horas, histéricas hasta el amanecer. Son hermosas. Son les chiques.

21.8.04

Little people

Te equivocás. Te confundís. Leés mal la situación, desde tu óptica desgastada. Esto ya lo viviste, sabés como termina. Tu experiencia se queda dormida a la hora de dar alertas. Todo te parece nuevo. Y te es casi imposible no pensar que algo bueno pueda llegar a pasar. Es como cuando te convencés de que todo tiene final felíz, por mirar demasiadas películas. El bueno no gana siempre. Además no sos el bueno en esta historia.

Mirás para los dos lados antes de cruzar la calle, no viene nadie. Das el primer paso, te cae un yunque al mejor estilo Wile Coyote, en el medio de la capocha. Era de esperarse, papá. Me extraña. Acaso no te diste cuenta todavía que éste no es tu año? Tu momento ya pasó, fue el año pasado. Cuando tenías todo. Ahora arremangate querido, que tenés que remar. Lo importante es no perder el sentido del humor. Y nunca, pero nunca, dejar de apreciar la muy rebuscada ironía que se te presenta todos los días.
Debe ser por eso que el enano que vive dentro mío se caga de risa y me dice entre carcajadas: "Vas bien, pibe... vas bien".

20.8.04

Caries

Shogolate!

Detrás de los cristales

Llueve. Un día gris de principio a fin.
Entre mis cobijas sólo hay calor. El frío de la mañana me es indiferente. El mundo de afuera también. Mejor es quedarme aquí, abrigado entre sueños infinitos de belleza. Mientras tanto, llueve. Y sé que me tengo que levantar. Después, ahora no... me quedo un ratito más.

18.8.04

Mc Queja

Luego del horror, me acerqué a la caja y una chica de no más de 17 años, feúcha y ciertamente obesa me preguntó: “¿en qué puedo ayudarlo, señor?”.
Sin hacer contacto visual, sólo dije: “El libro de quejas, por favor”. La gorda sacó de abajo del mostrador un libro casi más gordo que ella, pero que se encontraba prácticamente nuevo. Poca gente se queja en Mc Donald’s.
Luego de deliberar unos pocos segundos en el tono a emplear para redactar una queja que me dolía en el alma escribir, de mi pluma llena de inspiración y hostilidad se desprendieron las siguientes líneas:

Querido Ronald:
Tú sí que eres mi amigo. Tú me has brindado alimentos, bebidas, postres y hasta juguetitos. En tu amplia cadena de casitas lindas donde me lleno de calorías y ninguna proteína, he aprendido a ser feliz.
Pensar que por un billete sucio y arrugado, tú me devuelves una bandeja llena de alegría. La cantidad de veces que me has dibujado una sonrisa, cuando al pasar por una calle, el cielo dibujaba la M dorada, la letra divina.
Pero hoy sólo me has dado un disgusto, amigo. A mí, que te he defendido cuando te acusan de imperialista, de símbolo del capitalismo salvaje... ¿a mí me das una hamburguesa vacía?
No puedo describir la paradoja que expresa una hamburguesa sin carne. Dos panes machucados, llenos de lechuga y mayonesa... pero vacía.
¿Cómo puede ser que te hayas olvidado de la magia? Sin hamburguesa, un Big Mac es solo un pedazo de mierda. Bueno, no es para tanto, porque igualmente mordí ese bolo de pan y aderezo, para darme cuenta que al igual que mi existencia, ese supuestamente delicioso alimento carecía de esencia.
Gracias a tu asquerosa avaricia, me he dado cuenta que soy sólo dos pedazos de pan cuando todo el mundo es una hamburguesa completa. No me importa que después la vaca que me dio este libro de quejas (que ciertamente podrías haber sacrificado para saciar mi voluntad de comer un Biggie), me haya regalado un vale por unas míseras papas fritas gratis y haya repuesto mi combo fallido por uno como Dios manda. El mensaje me llegó, entendí la indirecta y puedo decirte que no eres un maestro a la hora de despistar. Si tienes algo que decirme, párate de una maldita vez de ese banco, acércate, y charlemos como gente grande. Que al fin y al cabo eso somos. Gente grande, pensante y honesta.

Ronald: un Big Mac vacío, falta a la verdad más absoluta, que es que Mc Donald’s es un lugar donde los sueños de los gordos, se hacen realidad.

Y hoy me has hecho sentir un flaco triste y desesperanzado.

Gracias amigo, por nada.

17.8.04

Es muy "cinematográfico"

Yo vivo en un piso 12. Volví de la facultad temprano ese día. Recuerdo haber dejado las llaves donde las dejo siempre. Arriba de la barra, a la salida del palliere. Recuerdo caminar hasta mi habitación, esquivando la cocina, pasando rápidamente por el living. Recuerdo la campera tirada arriba de la silla. Recuerdo haberme sacado las zapatillas como lo hago siempre, sin desatarme los cordones. No hay nada más odioso en este mundo que atarse los cordones una y otra vez, todos los días. Nada.
Recuerdo la remera en el piso, los pantalones al pie de la cama y las mismas medias que había usado durante tres días en su lugar. Después miré los fotogramas que había dibujado con tanto esmero, pensé en el esfuerzo malgastado... debí contener las lágrimas.
Desperté 5 horas más tarde de un sueño profundo. Me encontraba desnudo en mi cama. No recuerdo que soñé. Pero algo había cambiado. De un solo sorbo, bebí un vaso de agua. Recuerdo haber sentido un pequeño escalofrío en la espalda, escuche una voz que dijo “asesino”, corrí hacia el balcón y ví lo que no tenia que ver. Es todo muy confuso, Doctor.

- ¡¿Pero usted es conciente de lo que hizo?!

Miriam Yolanda Meregutti era una chica hermosa. Tenia un nombre horrible, es verdad. Pero sus ojos eran dignos de poemas inconclusos, sus firmes pechos encendían pasiones ocultas y su caminar... oh su caminar. Simplemente angelical.
Miriam, o “la Miri” como le decían sus amigas, cometió el terrible error de trabajar en el bar a la vuelta de mi edificio. Su necesidad de ayudar a su familia con un dinerillo todos los meses le pareció mas importante que cuidar de su propia vida.
Y cuando vio venir ese storyboard furioso desde los cielos, sólo atinó a cubrir su cabeza con la bandeja que usaba para transportar sus capuchinos. El filoso cartón negro utilizado para la presentación del “proyecto yo” de la materia Diseño Multimedial, la dividió en dos, de cabeza a pies, bandeja incluida. Su muerte fue instantánea e indolora.
Miriam murió debido a su ignorancia. A su negligencia. A decir verdad, se lo merecía.
Nunca te cruces en el camino de un frustrado estudiante de publicidad, Miri.

16.8.04

Son las 9, dónde esta mi comida?!

Hijo: qué hay de comer?
Madre: fijate en la mesada que te dejé todo listo...

Mirás en la mesada esperando encontrar un plato suculento y listo para devorar, a lo sumo con un toque de microondas. Pero en vez de eso, hay un billete de $10 y al lado, el imán de la peor pizzería de todo el conurbano: "La porción de Marcelo".

Ganaste esta batalla, Madre.

Oficial, me robaron las tildes!

Muchas veces hablo sin decir nada. Y cada vez me pasa mas seguido. Trato de llenar vacios con algun que otro comentario, solo para provocar una respuesta. El problema es que las respuestas que recibo, no son las que quiero. O las que deberian ser. Porque el merecimiento es el concepto mas injusto que existe. Porque no existe.
Y es asi como busco constantemente crear momentos. De inteligencia, aduciendo cultura general. De talento, escribiendo esta poronga. De futuro, cuando el dia de mañana seguramente sera parecido al de ayer. Y lo peor de todo, al de hoy.
Me mato pensando "que hubiese pasado si..." y contemplar millones de distintas situaciones y resultados en mi cabeza, es un ejercicio que antes me parecia hasta divertido. Hoy me aburre. Porque el resultado es el mismo. El que no quiero ver. Y el mas "injusto". Porque las cosas no salen como yo quiero. Y eso es injusticia. Me cago en el otro. Vos tambien lo haces. Y es natural que no sienta culpa. Yo tengo que vivir conmigo. Pero no todo es tan asi. Mañana vuelvo a ser yo. O hasta que la vuelva a ver. Es solo un momento en el cual me siento vacio. Porque a veces me pasa que escribo algo sin decir nada.



Fulbo de Primera

Versos esquematizados con un solo propósito: meter miedo.
Talento literario para conseguir su objetivo: amenazarte.
Vestidos con sus mejores uniformes de guerra, el pelotón canta.
Coordinación milimétrica, ambiente de fiesta y carnaval, globos rojos y blancos por doquier.
Un estadio, treinta mil personas y un solo mensaje: "te vamo' a matá, te vamo' a matá".
Yo, por suerte, soy uno de ellos... o no?

12.8.04

Jueves

Sos el único entre mas de treinta personas que hace lo que hay que hacer.
Y lo primero que escuchas es: "esta mal hecho".

Que sirva de ejemplo.

11.8.04

Estocolmo, Suecia, Agosto de 2005


“... y penes cambiarían el curso de la humanidad”.

Ovación descontrolada en el Salón de Honor de la Fundación Nobel. "El nuevo Mesías" (como lo llamaba la prensa sensacionalista) acaba de dar su discurso triunfal. Las esferas más prestigiosas de la política mundial, economía, ciencia y arte se encontraban de pie, saludando a su nuevo prócer. Dicen que varias personas aplaudieron hasta desmayarse. Un conocido cardiólogo francés murió poéticamente a causa de un ataque al corazón debido a la algarabía que ese momento ameritaba. No es cosa de todos los días ser testigos de grandeza.

En pocos años, el descubrimiento del Dr. Philippe Van Vergenssen se convertiría en la piedra fundamental del progreso humano. Pronto las guerras terminarían, el hambre sería un mal recuerdo del pasado cavernícola y una nueva era de prosperidad, espiritualidad y paz comenzaría para no acabar nunca más. La visión de un humilde científico holandés se haría realidad.

Algunos llamaron al trabajo del Dr. Van Vergenssen como un “simple procedimiento de extracción de vértebras compuestas”. Otros optaron por nombres más extravagantes, como “Maniobra Van Vergenssen”, ó “Te abren como una lata, te sacan las costillas y a otra cosa, mariposa... Van Vergenssen”.


Pero para todos siempre será el milagro de la auto-succión.

10.8.04

La cuenta, por favor.

Ella lo miraba con dulces ojos de amor. Su hombre, ese varón argentino que conoció gracias a las bondades de un tiempo compartido caribeño, no podía esperar que llegue la orden de Risotto a la Fungi de su novia. Se encontraba ansioso y cansado, pero sobre todo hambriento.

Una milanesa a la napolitana perfecta. Carne rebozada de las pampas, queso humeante sobre salsa pomodoro, jamón ibérico, cinco rodajas de tomate fresco, hierbas y felicidad.
Acompañado por papas a la provenzal y Coca Cola.

Ella se detuvo en sus manos. Esas manos que la arrastraron hacia el Sur, para no dejar que algo tan simple como la distancia se convirtiera en obstáculo para amar.
Y mientras él abarrotaba su boca de alimento, ella olvidó lo que estaba pensando.

Las dudas, inquietas y espontáneas, habían cedido su lugar a una certeza inobjetable. Vivir en Buenos Aires con Facundo era lo correcto. Atrás habían quedado esos recuerdos de Lisboa, la cara de su madre Renata llorando el día que partió hacia su destino. El tiempo había sido testigo de su decisión.
Mientras Facundo no quitaba sus ojos de las crocantes papas y se servía un poco mas del agua mineral de ella, de pronto se dió cuenta. Era el momento exacto. Dejar atrás una vida entera puede ocurrir en un restaurante.

- Mozo! El risotto...
- Ya se lo traigo, señor.

Facundo era un muchacho de pocas palabras. Su sensibilidad le impedía poder decir todo lo que pensaba. Su mente era un misterio. Y ese dejo enigmático de su personalidad, su mayor virtud.
Nunca imaginó que encontraría en Andrea algo que nunca se detuvo a buscar. El amor le había sido esquivo durante toda su vida. La resignación era cotidiana. Quizás encontrar a esta belleza lusa tomando sol en una playa a miles de kilómetros de su propio mundo, había sido un milagro. Se sentía agradecido sin saber a quien darle las gracias, por primera vez en su vida se consideraba afortunado.
Y cuando la última papa frita murió en su boca, bebió de un solo sorbo el resto del agua de Andrea. La miró fijo a los ojos, respiró con nerviosismo, dejó escapar prolijamente un eructito suave, y pensó: acá vamos.

- Andrea...
- Mi amor...

La preciosa mirada de Andrea, esos ojos negros expectantes... un momento de convicción. Para no ceder, clavó su vista en la botella vacía de coca cola y comenzó a hablar.

Las palabras se sucedían una tras otra. Perfectas combinaciones de expresiones ordenadas por el alma. Dulces confesiones que hacían que Andrea no pueda evitar llevar sus manos a su rostro. Un maravilloso recuento de lo vivido, como si fuese fácil recorrer tanta historia en una sola oración. El corazón de Facundo aceleraba el ritmo habitual. Pronto iba a cambiar de dueño.
Por primera vez, tímidamente, levantó la vista. Tomó la pequeña mano de su precioso descubrimiento, la besó con ternura. Sonrió ampliamente y en el aire se escuchó:

- Andrea... ¿te casarías conmigo?


La causalidad es un concepto difícil de comprender. Existen quienes defienden al destino, otros que desafían el orden del universo destruyendo la posibilidad de algo preestablecido. ¿Un simple detalle puede cambiar el curso de dos vidas?
¿Se puede depender de uno mismo?
Son preguntas sin respuestas, que nos llevan a la reflexión. Al cambio.

¿Qué hubiese contestado Andrea si no hubiese visto ese terrible pedazo de ajo y perejil incrustado entre los dos dientes frontales de Facundo mientras le pedía matrimonio?


Misterios del amor...

9.8.04

Querés llenarte de guita? Sí que querés! Acá va una idea, vos conseguí todo (TODO) el resto... trabajo, esfuerzo, medios, recursos, talento, etc.

Cuántas veces te quedaste corto con los puchos? Cuántas veces sacaste el atado y quedaba un sólo cigarrillo mirándote triste desde sus ojos de filtro? Mil, admitilo. Y cada vez que eso pasa, pensas en llorar. Pero no lo haces. Yo a veces si.

No hay una medida justa. Pero mejor que sobre y no falte. Por eso propongo: ATADOS DE 30 CIGARRILLOS. Se venderian como pan caliente. A la gente no le importa la comodidad, el precio... ja! Banalidades.
Salud? Me venís a hablar de salud?! JA! Bueno, es verdad que el cigarrillo mata y también es un vicio asqueroso... pero tambien matan los pianos que caen de los balcones y nadie quiso prohibir a Mozart. Asi que dejenme fumar tranquilo. Si Wolfgang pudo, yo también.
Un atado de 30 puchos nos brindaría la absoluta seguridad de tener nuestro tabaco a disposición a toda hora, en todo lugar. No te podés quedar cortina con 30 puchos, ahí si que necesitarías ayuda profesional. Y si 20 te parecían demasiados desde antes, con nuestro nuevo "Thirty Pack" te brindamos la posibilidad de quedar como un bacán en las fiestas y reuniones, convidándole puchos a todo el mundo. "Vengan chicas, tengo puchos para todas..." Sólo pensá en lo bien que suena. No puede fallar. Algo muy masculino, convidar puchos hasta el hartazgo. Es una señal de civilización, de buenos modales. Y a la vez es guarro, rebelde, chico malo. Como le gusta a las chicas. Hasta tengo el slogan: "Nuevos Camel Thirty Pack... son 30, te la aguantás?"

8.8.04

Siesta

Un oso que duerme. Hiberna. Sueña con ríos de truchas gigantes saltando felices hacia su garra de oso, filosa y amenazadora. Una panzada fantástica. El mejor sueño que un oso pueda tener.
Acurrucado en su cueva, el oso duerme. Falta mucho todavía para despertar, es tiempo de dejar la vida a un costado y dormir. Una trucha escurridiza se escapa en un movimiento eficaz. El oso se zambulle en las gélidas aguas. No te me vas a escapar, truchita cobarde. Vos sos sólo comida, un snack. Yo soy un oso, pescado. ¿Te escondes tras esas rocas? Ahí estas, truchita, preparate. No quiero a ninguna de tus compañeras, sé que son miles. Quiero esa trucha, la que se escapó.

Porque este es mi sueño y no voy a dejar que vos me hagas sentir que no puedo tener lo que quiero.
Y te quiero a vos, trucha del orto.

Primer Intento

Entre mi vida y la de ellos, entre mi juventud y sus delicias e impertinencias, entre contemplaciones del mundo en el que vivo y del que me prometieron, entre mis dedos con secuelas de cigarrillo y mis brazos de estudiante, entre monos que evolucionan hasta convertirse en amigos y amigos que evolucionan hasta convertirse en animales, entre el aroma de un Luigi Bosca Malbec y el gusto a Coca Cola en mis dientes, entre mis sueños de utopía y mi realidad de computadora, entre los libros que nunca leí y el control remoto, entre los recuerdos que ella me dejó y los que distorsioné, entre trabajos prácticos que no son prácticos y carpetas que contienen aire, entre mi libido y mil mujeres desnudas, entre sábanas de nenito consentido y una muela que se queja desde hace varios dias, entre mi vida y la que vendrá, empiezo.

Que sirva de algo.